lunes, 25 de julio de 2011

exiliados y arrepentidos

                                                                                            Exiliados y arrepentidos


Hoy vi pasar a un conocido que vivió un tiempo en el exterior, y me pregunte: ¿Qué pasará por su mente al volver a caminar por las calles que alguna vez repudió antes de su partida ? Es que, es casi una constante de la juventud ya “entrada en edad” que decide como camino alternativo, emprender un viaje al viejo continente en busca, en su mayoría , de nuevas oportunidades laborales, eso sí, gran parte de estos sin preparación intelectual alguna.
Estos “ exiliados voluntarios” y es que así he decidido llamarlos, para diferenciarlos de aquellos que fueron exportados como cereal, y sin ninguna opción, en otra época de nuestra historia, deciden por votus propio embarcarse en esta travesía “cool” y juntarse unos Euros extras como lavacopas de un “restó” de mariscos de mala muerte, en el medio de un suburbio de Madrid.
Sobreviven tres meses, bajo los insumos de atún, gaseosa y queso untable, duermen en precarias viviendas ofrecidas a veces, por los empleadores, sin agua caliente ni refrigeración, y ahorran hasta el ultimo céntimo de Euro. Tienen fiestas en la playa, conocen Ibiza, Palmas, y algunos se animan a cruzar a Marruecos, eso sí, Sofía,  El Prado y Gaudi, son nombres que no reconocen nunca, aun cuando vuelven a su país natal.
Todo comienza con un papeleo extenso y burocrático para poder ingresar a la Comunidad Europea, el mismo que se le exige aca cuando los ibéricos quieren “hacer la América”... ah no?, qué?, aca entran como si nada? Sí aca entran como si nada! Luego de tener todo en regla y el pasaje en mano, parten con destino al aeropuerto de Barajas, que es una de las primera palbras del idioma que aprenden a decir.
Una vez que arribaron a destino, lo primero que hacen es llamar para contar que llegaron bien, que en el vuelo le dieron de comer y que por supuesto se afanaron los cubiertos y la almohadilla de la aerolínea.
Una vez culminada la temporada laboral, y se les queda algo de dinero, compran algunas cosas que aca no encuentran, como por ejemplo: una camara digital de doce megapixel, que contentos abonan trecientos euros y que por supuesto nunca hacen la conversión. Si obvio allá es muy económica, pero si lo multiplican por seis, aquí compran el mismo modelo, pero bueno siguen sin entenderlo.
El dilema que me lleva a redactar este articulo, recae en la vuelta de estos “exiliados voluntarios” a su patria, vuelta en la cual podremos deleitarnos con sus historias alucinantes de su paso por el viejo continente, las cuales se repetirán hasta el hartazgo, y además un sin fin de criticas poco constructivas de la realidad en la que se ve envuelto nuestro país, ¡chocolate por la noticia! como si hubiera que cruzar un océano para darnos cuenta de que somos sub en todo, por favor!
Ellos se van pensando en aquella frase que Howard Fast, puso en aquel líder de su novela Spartacus, “volveré y seré millones”, Que! perdón! a los sumo con los tres mil euros que se traen se compran un “147" y tapizan sillones, que es muy diferente.
Bueno ahora los dejo por que me tengo que ir al curso de guardavidas, a ver si se me ahoga alguien en el mediterráneo.

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