jueves, 18 de agosto de 2011

¡Madres eran las de antes!

 Recuerdo cuando aun muy pequeño, me traje del kiosko unos chicles sin abonar al kioskero, y al arribar a mi núcleo familiar, mi madre exaltada y en un grito ensordecedor, me obligo a volver al comercio y devolver lo que me había, en una palabra, robado!. Ademas de tener que aguantarla todo el trayecto, gritando, tratandome de explicar que eso no se hacía, pasé la vergüenza más horrible de mi vida. Hoy ya adulto y contemporáneo, agradezco la lección que aprendí ese día para nunca mas cometer el mismo error.

De estas millones de anécdotas me vienen a mi mente en este momento, desde que tengo uso de razón mis padres han sido mis mentores y guías en mi infancia y adolescencia. Esto habla del compromiso que un adulto asume desde el momento que decide reproducirse.

Pero... en los tiempos que corren parese que procrear se vuelve moneda corriente. Y tengo muchos ejemplos y situaciones que me llevan a desarrollar esta idea. Yo no se si es que lo preservativos están muy caros, o la tele esta aburrida, o no tienen gas y es mas lindo “dormir adentro”, se olvidaron de lo que es el coito interrupto, del Diu, de las pastillas anticonceptivas, y de todo método que puede llegar a reducir el riego de que el espermatozoide fecunde al ovulo.

Los padres de hoy en día y en especial las madres, haciendo referencia al inicio de este articulo, nunca se enteran, que paren un ser humano de tres kilos, y que hasta que pueda tomar sus propias decisiones tienen que ocuparse del mismo. Tener un hijo no es solo comprar la ropa y armar la habitación para recibirlo, el no se va a dar cuenta que la funda de la almohada esta perfectamente en composé  con la tapa de la talquera, o que el carrito que sera su vehiculo hasta que camine, es desmontable y se puede adicionar al asiento trasero del auto. Traer un hijo al mundo es hacerse cargo desde el momento que fue concebido, y luego parido.
  Las madres de hoy entran con el nene a un ciber, y es tanta la idiotización que les produce el facebook en sus cabezas, que pierden la noción de que traían con sigo a una criatura, y que en ese preciso momento en que esta comentando la foto de algún “fato” que tiene vía red, su hijo esta jugando a indiana jones con el exhibidor  de papas fritas, y a su vez esta dejando un río de baba del espesor de la plasticola, por todo el piso del local, por que su madre no tuvo mejor idea que comprarle un caramelo, así el nene se entretiene viste. Ahora habiendo tantas variedades le venís a enchufar en la boca un “sugus max” que parecen una baldosa, y el pobre chico no solo le cuesta masticar si no que tiene convulsiones a falta del aire que no puede inhalar por que la golosina se lo impide.  Y ella mientras tanto mira el video de daddy yankee en youtube.
Es que son apenas veinteañeras sin fiesta de quince, que el embarazo se les produzco por una noche de calentura, así que encima de inconscientes, fértiles!
 Son varias las clases de madres modernas que existen, pero la que mas repudio, son aquellas que desde el momento que le comunican su embarazo, comienzan una vida sedentaria y de austeridad absoluta, ademas de dejarse estar como si le hubieran dado el diagnostico de una enfermedad terminal, por favor! es una vida lo que tienen dentro y no un tumor. Por otra parte se olvidan de que al lado tienen un hombre, ya sea marido, esposo, concubino, acompañante terapéutico, el titulo que se quiera, que desea con toda su alma ver a su mujer mas hermosa de lo normal ya que el estado en el que ésta se encuentra propicia un aura de belleza exagerada.
Podría también hablar la ultima clase de madres que han aparecido, que son las subvencionadas, por el gobierno, pero me metería en un terreno escabroso del cual no se si pudría salir.
Culminando el tema, reitero el titulo de este articulo, “Madres eran las de antes” y se lo dedico a todas las que fueron, son y serán, madres alguna vez.

                                                                       
                                                                                                                                       Hasta la próxima

No hay comentarios:

Publicar un comentario